No caben dudas de que el tamaño no es importante en lo que respecta a los atractivos turísticos. Existen claros ejemplos que demuestran que un destino no tiene que tener necesariamente un territorio muy grande para sorprender a sus visitantes, y Luxemburgo es uno de ellos. Se trata de un pequeño estado perteneciente al continente europeo, cuyo nombre oficial es Gran Ducado de Luxemburgo. Poseé fronteras con Bélgica, Alemania y Francia, sin dejar de mencionar que acoge un total de tan sólo medio millón de habitantes. Se trata de un sitio ideal para vacacionar, especialmente para aquellas personas que disfrutan con el patrimonio histórico y cultural de los lugares a los que viajan.
La mejor forma de conocer el milenio de historia con el que cuenta este país es a través del denominado Paseo de Wenzel. Este sendero permite descubrir los puntos de interés histórico más importantes de la localidad de Luxemburgo, y conocerlos a todos en solamente dos horas. El recorrido tiene forma circular y se caracteriza por ser tan cautivante como divertido.
El nombre Wenzel del camino se debe nada más ni nada menos que a Wenceslao 11, el Gran Duque de Luxemburgo que se encargó de fortificar la ciudad capital. Además de esto, es fundamental tener en cuenta que la gran mayoría de los sitios que se pueden visitar a través del paseo en cuestión fueron declarados Patrimonio de la Humanidad. Algunos de ellos son: la Torre Jacob, el Promontorio Bock, el Puente del Castillo, el Casco Histórico y las Murallas de Wenceslao, entre otros.
Fuente: Foto