Para apreciar el verdadero sabor de la gastronomía de Luxemburgo hay que perderse por las calles comerciales, por los bulevares, por las plazas animadas de la ciudad o por los tranquilo parques tranquilos y muy acogedores.
Saborear en la terraza de un café o degustar los placeres de la cocina en uno de los numerosos restaurantes de la ciudad.
La gastronomía de Luxemburgo logra combinar elementos de la cocina alemana con el refinamiento de la cocina franco-belga. Comer en Luxemburgo no es muy oneroso, se ubican lugares en el casco antiguo, en donde se puede comer a muy buen precio.
Otra buena opción son los restaurantes chinos, en general los orientales, que tienen menús por pocos euros.
La cocina de Luxemburgo es muy variada y sencilla y esta inspirada en las tradiciones alemanas, belgas y de la región francesa Lorena.
El plato nacional, es el pescuezo de cerdo con habas de la huerta. En Oesling, elaboran un jamón ahumado con fuego de leña de haya o de roble.
El judd mat gaardebounen, cuello de cerdo con frijoles, acompañado con patatas. El tierteg, puré de patatas con chucrut, es uno de los platos de patatas más famosos.
Otro de los platos tradicionales es el bacalao seco elaborado con aceite de oliva y ajo.
Para acompañar las comidas es aconsejable acompañarla con los vinos de la ciudad, ya que dispone con una industria vitivinícola de mucha trayectoria.
Entre los vinos luxemburgueses se pueden nombrar: el Riesling, el Pinot gris, el Pinot blanco, el Auxerrois y el Elbling.