Luxemburgo es un hermoso destino, el cual está repleto de lugares de interés turístico que merecen la pena una visita. Se trata de un país europeo de tamaño reducido, pero no por eso menos encantador. La ciudad capital, de nombre homónimo, se constituye como uno de los puntos más cautivadores del estado en cuestión, gracias a todos los atractivos que alberga.
Si tienes en mente viajar a esta localidad, y tu principal interrogante es qué ver allí, en esta ocasión te recomendaremos una de sus visitas imprescindibles: la fascinante Catedral de Notre Dame. Con su pintoresco estilo, mezcla perfecta entre diseño gótico y elementos decorativos renacentistas, esta iglesia resulta ideal para aquellas personas que disfrutan conociendo la riqueza cultural, histórica y arquitectónica de los destinos en los cuales vacacionan.
La base de la catedral actual fue erigida en el año 1613, sin dejar de mencionar que tiene orígenes jesuitas. Es fundamental considerar que cincuenta años después de su inauguración, la iglesia fue denominada Iglesia de Nuestra Señora y en 1870, consagrada por el Papa Pío IX a la Catedral de Notre Dame. Está localizada justo en el centro de la ciudad de Luxemburgo, sin dejar de mencionar que es considerada como el corazón de la misma. En una visita a la Catedral de Notre Dame es posible apreciar el Panteón de los Duques en su interior, los cuales están custodiados por dos leones eternos.
Otro atractivo de la catedral es nada más ni nada menos que el cementerio, el cual simboliza la Resistencia y la Deportación. “El prisionero político” es, sin dudas, el elemento central del lugar. Se trata de una escultura de bronce, obra de Lucien Wercollier.